Ya hemos dedicado algún espacio del blog a las interminables historias de Le Mans y, con toda seguridad, hurgaremos todavía más en el pasado de esta mítica carrera. Ferrari es una de las marcas de coche mejor valoradas y más reconocidas el mundo, no en vano se trata de una de las mejores escuderías (por no decir la mejor) de F1 que ha dado varios campeonatos mundiales a estrellas del deporte como Michael Schumacher.
No solamente se trata de una línea de vehículos de lujo para que los ricos de grandes ciudades se dejen ver en las zonas más bonitas, sino que es realmente importante para la historia automovilística. Uno de sus modelos más icónicos fue el Ferrari 330 LMB que incluso tiene su propia página dedicada en la propia web de ferrari.
No se trata simplemente del primer automóvil en superar la barrera de los 300 km/h en el circuito de Le Mans, sino que, además de eso, ostenta un récord de victorias del 100%. Aparte de esto, su diseño es exquisito, una mezcla perfecta entre aerodinamismo, sobriedad y elegancia. A continuación, mostramos un vídeo que analiza este modelo en profundidad:
El 330 LM Berlinetta, casi único
La mayoría de fanáticos del “Cavallino Rampante”, este equino sobre sus patas traseras y fondo amarillo que representa a Ferrari, dirían que el modelo 250 GTO es el más exclusivo. Probablemente cuente con las mayores cifras de ventas, pero el 330 LMB, en realidad es mucho más raro. Un bólido escarlata único.
Fueron 36 ejemplares de 250 GTO los que se fabricaron en Maranello, mientras que únicamente se construyeron 4 del 330 LM Berlinetta durante 1963. De estos cuatro, solamente el que posee el número de chasis 4725 SA, tiene situado el volante a la derecha.
Lo cierto es que prácticamente todos los automóviles de Ferrari son maravillas de la mecánica, aunque pocos de ellos se equiparan a la dedicación que se empleó para el 330 LMB. Éste combina el motor V12 de 4 litros y 400 CV de cárter seco con un chasis del 400 Superamerica, como envoltorio exterior, su carrocería fue excelentemente diseñada por Pininfarina y llevada a cabo por Scaglietti.
Su primer gran debut
Hay algunos coches que tardan más en salir de la cadena de montaje que otros. En este caso, no se demoró demasiado. Según datos oficiales, fue una mañana de un domingo de 1963 cuando Mike Parkes, piloto británico de Ferrari, puso en marcha el 330 LMB para probarlo antes de su entrega. En un momento, aquella bestia alcanzó las 176 millas por hora en plena circulación con tráfico.
El encargado de poner a prueba esta nueva creación en una carrear de renombre fue Ronnie Hoare en las 24 Horas de Le Mans de 1963. Recibió el vehículo en Maranello y se puso como destino de ruta (sin GPS, claro está) el circuito de la Sarthe. Una vez allí, se reuniría con los demás Ferraris que competían bajo el mismo equipo oficial de la marca italiana.
Los otros pilotos eran “Gentleman” Jack Sears y Mike Salmon, aunque solamente quedaría un 330 LMB entre los coches participantes a la mañana del siguiente domingo. El único y el primero en cruzar la línea de meta de su clase. Quedó 5º en la general tras una salida espectacular.
Este mismo año, el 330 LMB también participó en el Trofeo Guards en Brands Hatch a las manos del piloto oficial de Ferrari Lorenzo Bandini, que lo llevaría a otra victoria de clase. Por desgracia, esta sería la última vez que lo verían competir. Con este otro primer puesto se consolidó su récord de victorias del 100% y se coronó como el ejemplar más exitoso de su “raza”.
La historia la construyen los mejores
En la actualidad este particular modelo todavía mantiene su V12 Colombo con el mismo número 4725 SA grabado en él. Todavía puede participar en ciertos eventos relacionados con el mundo del motor, siempre y cuando estén dedicados a la propia historia del automóvil. Hablamos de algunos como el Pebble Beach, el Villa d’Este, el Goodwood Revival o Le Mans Classic.
Sin lugar a dudas, uno de los más especiales “pura sangre” de Maranello. Quizá algo más desconocido, también debido a su breve periodo de acción y su exclusividad, pero ello lo hace todavía más particular. Si todavía no lo sabías, ahora ya no olvidarás cuál fue el vehículo responsable de superar los 300 km/h en Le Mans.